En todos los negocios existen conflictos y desacuerdos entre los socios, pero estos pueden intensificarse si quienes dirigen la empresa son pareja.
El caso público más reciente es el que enfrentan el empresario Jorge Vergara, accionista mayoritario del grupo Omnilife, y su esposa, Angélica Fuentes, quien desde 2007 y hasta hace unos días fue CEO de la compañía.
“Esta historia se repite en al menos el 50% de las empresas del país que son negocios familiares”, detalló el consultor del Parque Empresarial del Tecnológico de Monterrey Campus Santa Fe, Ignacio González.
El pasado 3 de abril, Vergara anunció la destitución de Fuentes como directora de la empresa e inició una investigación por presunto fraude en su contra. Angélica Fuentes es dueña del 43% de la compañía y tenía bajo su mando la responsabilidad de todo lo que pasaba en el grupo, declaró Vergara en conferencia de prensa.
«Desgraciadamente tengo que admitir que estaba un poquito ciego y no me di cuenta de lo que estaba sucediendo», agregó Vergara.
Ignacio González dijo que «los negocios se ponen en peligro cuando las decisiones de la empresa se confunden con las decisiones familiares o temporales guiadas por los sentimientos”.
Los derechos y obligaciones en una compañía conformada por un matrimonio deben aclararse desde la constitución del matrimonio al incluir acuerdos prenupciales o al firmar el acta constitutiva de la sociedad mercantil.
Los acuerdos prenupciales o capitulaciones del matrimonio se elaboran en el registro civil al momento de pactar el acta de matrimonio y no tienen costo extra para la pareja.
“En ese documento se especifica cómo será la administración de los bienes que tengan en ese momento o que adquieran en el futuro”, dijo la experta en litigio del despacho Soluciones Jurídicas, Adriana Soltero, con base en el artículo 179 del Código Civil del Distrito Federal.
Cuando la idea de formar una empresa ya es una realidad, las especificaciones sobre cómo se operará se darán frente a un notario que elaborará el acta constitutiva.
“El problema de que las empresas no dejen claras las reglas del juego desde el principio de su constitución es que exista un bloqueo en las decisiones por parte de alguno de los dos socios”, explicó el presidente del Colegio Nacional del Notariado Mexicano, Héctor Galeano.
Es obligación del notario advertir e informar a los socios de una empresa que debe existir un socio mayoritario o en su defecto un acuerdo que estipule qué pasará en caso de descontento o problemas o qué sucederá con su parte de la empresa cuando uno de ellos no quiera continuar, explicó Galeano.
Pese a los problemas que pueda enfrentar un matrimonio, los dos son socios del negocio y recibirán el 100% de las utilidades que correspondan a su parte proporcional como accionistas de la empresa.
Además, para lograr armonía en la compañía y saber qué decisiones tomar en beneficio del negocio, deberá haber prácticas de gobierno corporativo, un consejo de administración y establecer por escrito y ante notario las reglas de sucesión, recomendó Ignacio González.
“No conozco a ninguna pareja que se case pensando que se va a divorciar o a unos socios que se unan para abrir un negocio pensando que van a enojarse, pero nadie está exento de esta situación. Lo trascendente es que la empresa sobreviva al conflicto y continúe operando”, dijo Galeano.